martes, 13 de marzo de 2012

ALABANZAS CRISTIANAS VIEJITAS PERO BONITAS



"Antes, en todas estas cosas somos màs que vencedores por medio de aquel que nos amò."Rom.8:37

BASES PARA UN BUEN EDUCADOR CRISTIANO

 Bases para ser un buen educador cristiano

Que Jesús sea el señor de tu vida
No puedo dar lo que no tengo. Si mi vecina me pide azúcar, difícilmente se la pueda dar si no la tengo. Así es con el Señor y el Espíritu Santo. Si yo no los tengo, no los puedo compartir. Tan sencilla como ésta es la base para ser Educador de niños en el Señor. Puedo tener todos los cursos teológicos y didácticos, pero si no tengo la vida en mí no la puedo mostrar a otros. Sobre mi amor a mi Señor y a los niños debo edificar mi maestría. Y sobre eso sí, debo preocuparme por la preparación, métodos, estimulación, etc. Para llegar a la meta.
Recuerdo mis comienzos en esta tarea, hace unos 30 años. Mi pastor me llamó a su lado y me dijo: “Tu tienes que trabajar en la obra entre los niños”. –No puedo- fue mi primer respuesta- nunca fui a una clase para niños (porque me convertí al Señor junto con mis padres cuando tenía 10 años y comencé en las reuniones de mayores). Quizás tú pongas otras excusas, pero todas dicen: No puedo. Míralo desde este punto de vista: si quieres aprender tú mismo más del Señor, concurre a una reunión de niños, métete entre ellos, comparte con aquellos de los cuales es el reino de Dios y aprenderás muchísimo; aprenderás amor, paciencia, tolerancia, perdón, en fin, aprenderás a vivir la vida cristiana. Y a poco estarás tan involucrado con los niños que no te podrás separar fácilmente de ellos.
Ya sea que recién comienzas o que tienes años en el servicio, lo más importante es estar tú mismo dispuesto a aprender del Señor. Que Él sea el Señor de tu vida en todo momento, porque debes saber que frente a los niños estarás más expuesto que nunca. Ellos son muy intuitivos y saben si tú crees lo que les enseñas o lo estás dudando.
Tener pleno conocimiento de la Bíblia
“Ten cuidado de ti mismo y de tu doctrina” 1 Ti 4:16
Si ya estás frente a un grupo de niños ¡te felicito!. Eres un valiente. Has asumido una gran responsabilidad. Quiero decirte una frase con mucho de verdad: “Si Dios te señala una puerta con su dedo, con su mano te abrirá el camino”. Hay un camino a recorrer, pero lo bueno es realmente saber que paso a paso Dios te irá mostrando su senda.
El gran Spurgeon (grande por obra de Dios), a quien citaré varias veces en las páginas que siguen, gustaba de exhortar lo mismo que ya nos dice la Biblia: “Ten cuidado de ti mismo y de tu doctrina”. Para cuidarnos a nosotros mismos, debemos cuidar lo que creemos, cuánto más para cuidar a otros. Basémonos siempre en la Palabra de Dios. Ella es fiel y clara, no tiene sombra de variación. Si la Biblia dice algo, creámosle así.
Es increíble, pero si hacemos una encuesta entre los cristianos, y aún entre los obreros, para saber cuántos han leído la Biblia en su totalidad, nos sorprenderíamos de los resultados. Es bueno leer siendo guiados por el Espíritu Santo, pero también tenemos un raciocinio dado por Dios, aunque a veces con los hechos neguemos tenerlo. Si cualquier estudiante secular debe leer libros y más libros en cualquier materia o asignatura, no me explico por qué los obreros cristianos creemos que no tenemos el deber de leer sistemáticamente nuestro libro de cabecera. Hay un muy buen plan para leer la Biblia entera en un año, y consiste en leer cada día tres capítulos y los domingos cinco capítulos. Sólo con eso en un año habremos leído toda la Biblia. Es un buen desafío y sólo requiere disciplina. Por supuesto esto no exime de leer otras partes o historias bíblicas que deseemos conocer.
Hacer de la oración nuestro principal deleite
En 1 Samuel 12: 23 leemos: “que el Señor me libre de pecar contra él, dejando de rogar por ustedes”. ¡Qué tremenda convicción! En el trabajo en la obra del Señor no tienen lugar los haraganes. No sólo debemos prepararnos en Su palabra, sino no dejar de orar por aquellos que tenemos a nuestro cuidado. Piensa solamente que si tu no oras por esos niños hoy, nadie lo hará. Tú eres el encargado de llevarlos ante Dios y de mantenerlos ahí. Y te contaré un secreto: cuánto más ores por ellos, más fortalecido te sentirás tu mismo, más les amarás y ellos te devolverán ese amor multiplicado.
Hay dos esferas en las que hay que entregar todo: trabajo y oración. Hay mucha gente muy talentosa que con sus esfuerzos logran éxitos importantes aún en la consecución de gentes tras un ideal, pero la gran diferencia del cristiano es la intervención divina, intervención que se logra sólo mediante la súplica, humildad y sumisión a la voluntad divina.
Carácter adecuado
Un buen educador debe ser:
-        ejemplo
-        alegre
-        equilibrado
-        fiel
-        buen estudiante
Todo esto parece demasiado… y lo es. Es mucho. Salvo que leas el subtítulo del apartado: Que Jesús sea el Señor de tu vida. Si es así, nada es demasiado difícil. Ahora desarrollaremos los puntos que mencionamos:
EJEMPLO. Los niños son imitadores por excelencia. ¿Por qué crees que juegan a las muñecas, a la pelota o al carpintero? Es porque lo ven realizar a otros. Pero este es el nivel más inofensivo de imitación; cuando imitan acciones que demuestran sentimientos es más preocupante, pues en ellos se reflejan lo bueno o lo malo del ambiente en que viven. Los niños tienen una sensibilidad especial para captar su “ambiente inmediato”. La parte que nos corresponde acá es la responsabilidad de ser (quieras o no) ejemplo para estos niños que están frente a ti. Esta es la razón por la que debes estar:
ALEGRE: Que no significa ser un payaso, sino trasmitir el gozo profundo del Señor, en la certeza de su amor y triunfo sobre todos los problemas.
EQUILIBRADOS. En estos días los niños necesitan un puerto seguro donde anclar tras las tempestades de la vida. Lo ideal es que ese puerto sea el hogar, pero como no podemos nosotros determinar ese punto, por ahora somos los educadores los representantes de ese lugar. Que ellos nos encuentren siempre con el mismo carácter. No que un día queramos besarlos y abrazarlos y al día siguiente no les permitamos ni que nos toquen. No que un día les hagamos bromas y al siguiente no se las aceptemos a ellos.
FIEL. Nada desilusiona más a un niño que ir a su clase semanal y no encontrar a su referente. Si bien es bueno traer invitados especiales, el educador no debe faltar ni en esas ocasiones especiales. Si algún día se ve obligado a faltar, debe  fundamentar con su grupo por qué no lo hizo. Esta es una de las razones por la que no recomiendo que haya solamente un adulto por grupo, pues ante cualquier imprevisto queda un referente fiel y el niño no se siente abandonado.
   También podemos referirnos a la fidelidad como al cumplimiento de lo prometido. Si al niño le decimos que tendremos una fiesta, hagámosla. Si les prometemos un premio, ver un video, sacar fotos, etc cumplámoslo. Tal como dice la Biblia “es mejor que no prometas y no que prometas y no cumplas” (Ec. 5:5)
UN BUEN ESTUDIANTE. La buena preparación pasa por las rodillas y los libros. Lee todo lo que esté a tu alcance y si tu alcance es muy corto, pide ayuda. Lee la Biblia por supuesto y también biografías de cristianos, libros de estudios bíblicos (eso te abrirá la mente a nuevos horizontes), bosquejos homiléticos
8que te enseñarán a preparar lecciones), libros seculares o cristianos sobre didáctica y sicología infantil. Es bueno llevar un registro de los libros, folletos y revistas leídos, acompañado de las fechas en que los leíste. Esto te estimulará a continuar adelante. Y recuerda que es una realidad: el alumno nunca podrá ir más lejos de lo que su maestro vaya. Si tú quieres que tus alumnos crezcan, crece tú.
Tener objetivos claros
Cada vez que nos proponemos hacer algo, debemos plantearnos algunas preguntas básicas, tales como ¿para qué? ¿por qué? ¿qué espero lograr?. La respuesta a esas interrogantes son los “objetivos” a los cuales queremos llegar. Ahora, según el plazo de estos objetivos, estaremos hablando de un corto, mediano o largo plazo. Y creo que los tres deben estar presentes al nuestra tarea.
A CORTO PLAZO: Un objetivo a corto plazo puede ser la respuesta a las preguntas ¿qué tema voy a tratar hoy en clase? ¿para qué quiero enseñar esto? Si me parece que lo que necesita el grupo o algunas individualidades es acrecentar su fe en el Señor, buscaré un tema tal que les impulse a creer más. Dependiendo de la edad claro, buscaré historias bíblicas de milagros, biografías de grandes cristianos contemporáneos, et. Si en cambio me parece que lo que necesitan es llevarse mejor como grupo, buscaré historias de ayuda mutua, de buen reracionamiento, parábolas de Jesús, etc.
A MEDIANO PLAZO: Un objetivo a mediano plazo podría ser relacionado con las familias de los niños. Puede ser, por ejemplo, que tengamos la inquietud de llegar con el mensaje del evangelio a esas familias. Iremos así planificando actividades especiales donde intervengan los niños e invitaremos a los familiares para que los vean. También podemos preparar folletos o tratados y entregárselos periódicamente. Al hablar de plazos, estamos hablando de tiempo, y aquí podremos pensar en un lapso de 2 a 10 meses.
A LARGO PLAZO: Si nuestra visión no es corta, seguramente miraremos a esas vidas que hoy tenemos con nosotros en una perspectiva mayor. Hoy son y valen mucho ¡pero cuánto más queremos que sean y que valgan en un futuro! Por eso nuestro anhelo debe ser que esos seres pequeños aún, sean en un futuro los conductores del pueblo de Dios, los que arrebaten almas de las puertas del infierno y las traigan a Cristo. ¡Nada menos podemos desear! Trabajemos por ello con ahínco. Pensando en este objetivo, deberemos programar a veces visitas a lugares donde la realidad sea diferente a la nuestra (con necesidades sociales y espirituales, o con abundancia de bienes, etc) o también invitar a personas con distintos ministerios a que visiten la obra entre los niños.
Por supuesto estos son sólo algunos ejemplos, pero los tres plazos deben estar entretejidos en una buena programación de Escuelas Bíblicas.
Tener interés genuino
Hemos hablado ya de la extrema sensibilidad de los niños. Ellos perciben si nuestro interés por ellos es auténtico o no. No debemos fingir sentimientos, pero sí tratar de ser demostrativos. Es bueno que les pidamos nos planteen sus necesidades y orar con ellos por su petición, preguntar por su familia, por sus estudios. Es de gran ayuda que anotemos, desde que tomamos contacto con el niño, el mayor número de datos personales, a modo de ficha individual.
   Sugiero los siguientes puntos:
-        Nombres y apellidos
-        Dirección y teléfono
-        Fecha de nacimiento (cumpleaños)
-        Año que cursa (estudios)
-        Personas con quienes vive
-        Otras actividades
-        Hobbys
Hay características generales de las edades que debemos dominar muy
Bien para entenderlos (las trataremos en un capítulo aparte), pero estos puntos personales son muy importantes, como también lo es, que pasemos tiempo a solas con cada niño. Deberemos buscar la oportunidad para no estar siempre con el grupo, sino también para atender un poco a cada niño en especial. Un día lo llamaremos aparte para que nos ayude con algo (arreglar láminas, etc) y aprovecharemos para hablar con él de sus cosas e intereses, sin decirle al niño, por supuesto, cuál es nuestro propósito. Debe parecer totalmente ocasional. En otra oportunidad podemos acompañar al niño caminando a su hogar, y en el trayecto tratar de conocer más profundamente sobre su vida, sus gustos o preocupaciones. En fin, Dios nos dará la sabiduría si realmente tenemos interés en conocer a nuestros niños. Jesús se movía entre la gente y conocía sus costumbres, sus rutinas de trabajo, sus lugares, por eso podía hablarles con propiedad y enseñarles en base a lo que ellos conocían. También aquí debe primar nuestro sentido común. Quiero decir, por ejemplo si en nuestro grupo hay un niño cuyo padre maltrata a su familia, seguramente no nos entenderá cuando le hablemos de que Dios es un padre amoroso. Si un niño pasa necesidades diarias de comida y nosotros le hablamos que Jesús es el pan de vida, está bien, pero también debemos hablarle sobre que Él puede suplir nuestras necesidades diarias y, en la medida de lo posible, colaborar con la solución a las necesidades. En nuestra congregación, a instancias de la esposa del pastor, se fijó un día al mes, donde los hermanos llevan un kilo de algún alimento no perecedero, y todo lo reunido se destina a ayudar a una familia, que bien puede ser la de un niño de las escuelitas. Eso es de gran ayuda para las familias y además un buen testimonio de la obra que Cristo quiere que hagamos (Santiago 1:27 y Lucas 10:33-37)
Otro tiempo importante para los niños es el del disfrute de las actividades. Que no aparezca ante sus ojos la hora de la clase como solamente la del aprendizaje: “has esto, no hagas aquello”, sino que tenga tiempo de disfrutar del juego, de videos, de moverse con canciones, de charlar.
Preparación adecuada
Oirá muchas veces que la mejor preparación es la que el Espíritu Santo da.
Y estoy totalmente de acuerdo. Déjate llevar por lo que el Espíritu Santo indica y nunca te equivocarás, ni en el tema a tratar, ni en los trabajos manuales, ni en las canciones elegidas. Pero al hablar aquí de preparación adecuada pretendo referirme a la parte que nosotros debemos poner de nuestro esfuerzo, empeño, inteligencia, tiempo y materiales. Cierto es que nunca diremos: “Me preparé demasiado para esta clase”. La preparación es contínua. Terminamos una lección y ya debemos comenzar a pensar en la siguiente. De este modo, con el tema ya decidido y claro en nuestra mente, podemos ir enriqueciéndolo durante la semana con diversas lecturas relativas al tema, fotos, gráficas, notas de actualidad que aparezcan en periódicos, revistas, con frases, versículos e historias bíblicas bien relacionadas. En el apartado sobre la oración, anoté una frase que, a riesgo de ser reiterativa, quiero que recordemos acá: “Trabaja como si todo dependiera de ti, y ora como si todo dependiera de Dios”.
Creo que no hay demasiadas excusas para no prepararnos debidamente. “No tuve tiempo”, “Tuve que trabajar horas extras”, “Debo cumplir también con mi familia”, pero no dejemos que ninguna de estas cosas (que pueden ser muy válidas) nos quiten nuestra mirada del objetivo y misión de nuestra vida.
¿Cuántos libros sobre educación cristiana y educación secular has leído en este último año? Lleva una agenda ordenada del material revisado y es recomendable extraer párrafos o conceptos que te resulten interesantes para tu labor. Así tu mente se irá abriendo a nuevos horizontes y cuando menos lo pienses estarás utilizando alguno de tus conocimientos.
Es bueno que tengas un plan general de acción. Esto es, si pretendes trabajar en el año con la vida de Jesús, trázate un plan dejando lugar para: a- su vida propiamente (nacimiento, infancia, lugares que recorrió, amigos, familia, viajes); b- sus milagros; c- sus parábolas; d-  su juicio y muerte; e- su resurrección. No debemos olvidar los imprevistos, tales como visitas que recibamos, días especiales (de la madre, de la Biblia, de juegos solamente), y los trabajos con videos.

PORQUE EDUCAR A LOS NIÑOS DE MANERA CRISTIANA


 Por qué educar a los niños de manera cristiana

Jesús nos dio un ejemplo
Leemos en Lucas 18:16 “Dejad a los niños venir a mí y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios”. Ellos son los herederos del reino y nosotros somos los encargados de hacérselo saber y de que mantengan ese derecho a la herencia.
Debemos marcarles el camino a seguir, y también que si algún día se desvían, sepan cómo volver.
Jesús nos dio un gran ejemplo al acompañar sus palabras tomando un niño en sus brazos. Ese contacto físico es el que en muchas ocasiones le confirmará el camino por el afecto que le tenemos.
Es mandamiento
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” Mr. 16:15. Tu puedes estar leyendo estas páginas por varias razones. Quizás ya estés involucrado en la obra entre los niños y puedes haberte iniciado de distinta manera.
Jesús nos dio el ejemplo
Leemos en Lucas 18:16 “Dejad a los niños venir a mí y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios”. Ellos son los herederos del reino de Dios, y nosotros somos los encargados de hacérselo saber y de que mantengan el derecho a esa herencia. Debemos marcarles el camino a seguir y también que si algún día se desvían, sepan como volver.
Jesús nos dio un gran ejemplo al acompañar sus palabras tomando un niño en sus brazos. Ese contacto físico es el que en muchas ocasiones le confirmará el camino por el afecto que le tenemos.
Es un mandamiento
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” Mr.16:15. Tu puedes estar leyendo estas páginas por muchas razones. Quizás ya estés involucrado en la obra entre los niños, y puedes haberte iniciado de distintas maneras. Pero ya sea que hayas tenido un llamado audible de parte de Dios, o que simplemente te alistaste como voluntario cuando el Pastor pidió ayudantes en la labor, quiero que sepas que no estás fuera de la voluntad de Dios. ¿Sabes por qué? Porque es Su voluntad que todos los hombres sean salvos. Al referirse a “hombres” Dios está hablando de la humanidad. Y los niños son un campo muy fértil para recibir la semilla del Evangelio y dar buenos frutos.
Veamos un momento la parábola del buen sembrador en Lucas 8. ¿Cuál de las tierras mencionadas puede representar el corazón de un niño?¿ Sin duda, la buena tierra. Las otras están ya viciadas con piedras, espinos, arena, marcadas con golpes recibidos, orgullo, malas costumbres, cansancio del camino, dureza de corazón. El alma de un niño está libre y fresca, y recibirá la Palabra del Señor tal como nosotros se la ofrezcamos.
Tenemos quien nos ayude
Creo que el Educador Cristiano tendría que tener el texto de Juan 14:26 en la cabecera de su cama, en su mente y en su corazón. “El (Espíritu Santo) os enseñará todas las cosas”. No dejo de sorprenderme después de 30 años de trabajo entre los niños, cómo el Espíritu Santo da su dirección en cada caso y para cada ocasión. El educador tiene en este punto el gran desafío de dejarse guiar. Pero recuerda que siempre debemos estar llenos del Espíritu Santo y abundar en la Palabra de Dios para que Él pueda obrar a través nuestro.
Me sirve mucho en mi trabajo con los chicos una frase que leí y cuyo autor no recuerdo, pero bien vale la pena insertarla aquí por su valor: “Trabaja como si todo dependiera de ti, ora como si todo dependiera de Dios”. Creo que sólo así llegaremos al corazón de cada chico.
Son vidas salvadas
Es conocida la reflexión: “El que conduce a Cristo a un adulto, salva un alma; el que conduce a un niño salva además, una vida” queriendo significar con esto que tienen mucho más oportunidades para ser bendecidos y de bendición a otros. Nunca sabremos con anterioridad si estamos adoctrinando a un Billy Gram., a un apóstol Pablo o a un niño que llevará la salvación a su familia. Todos tienen su valor por si solos y por el potencial efecto multiplicativo que tiene en ellos la Palabra. Dios me está hablando mucho últimamente sobre este tema; basta sólo con pensar que la familia atenderá más la palabra o la invitación de su hijo que la de un extraño. Como Educadores aprovechemos toda oportunidad de contacto con la familia (Ver capítulo aparte)
Redunda en bendición para la iglesia
Dios muestra su gracia a favor de los niños. Léase Lucas 1:66. Dios responde a las oraciones de los niños. Los grupos de niños son brazos importantes de la Iglesia y de ello debe tomar conciencia toda la congregación, tema que trataremos más ampliamente en otro capítulo.

EDUCACION CRISTIANA PARA LOS NIÑOS

 

Educación cristiana para niños

Los Niños, son parte esencial en toda congregación, bien se han dicho, que ellos son el futuro de nosotros,  y que son los lideres potenciales del mañana, es por ello, que debe velarse  por los primeros cimientos que se siembran en ellos, hay que velar por brindarles la mejor educación.  Lamentablemente, tanto en el medio secular, como en  medio de las congregaciones, son muy pocas las personas que tienen vocación de servicio, hacia esta área en particular.
Nuestros niños más que enseñanza teórica, necesitan apoyo, comprensión, tolerancia, siembra de valores, afecto, cuidado y protección en todas áreas de su vida.
El personal que deben colocar en las iglesias para trabajar con niño debe ser el personal mas idóneo, deben ser personas que sepan trabajar con niños de veras y que estén totalmente dispuestos a aprender mas cada día, acerca del trabajo con el niño.
El maestro de niño, Es el principal modelo a seguir, porque la etapa en la que el individuo, desarrolla el aprendizaje por Imitación, es precisamente en la niñez,  sus sueños, anhelos, y comportamientos son básicamente la imitación, de todo lo que ha aprendido viendo, oyendo, y haciendo con otras personas.
En esta etapa  donde tiene mas valor lo que se enseñan con las acciones, que lo que se enseña con las palabras, por ello, el personal que trabaja con esta área debe ser muy bien seleccionado.
También es muy importante utilizar con ellos, muchos recursos audiovisuales, visuales, solo de audio, música y canciones, dibujos, esquemas, guías para llenar, dibujos para colorear, versículos por aprender, enseñarles lemas, y sobretodo reforzar el trabajo con sus respectivos padres.
Temas que fácilmente se pueden tratar con los niños:
Historias Bíblicas, Personajes Bíblicos, La Obediencia, El respeto y la reverencia, Valores Morales, cristianos  y Éticos, y todos los temas que tengan que ver con los niños.

ORACION EN LA MAÑANA


CRECIMIENTO ESPIRITUAL

CRECIMIENTO ESPIRITUAL